Introducción: Más allá del mito del dolor
El tratamiento de conducto (endodoncia) ha sido por años uno de los procedimientos dentales más temidos. A menudo se asocia con dolor, ansiedad e incomodidad. Este miedo ha llevado a muchos pacientes a postergar o evitar intervenciones necesarias, afectando su salud oral. Sin embargo, nuevas investigaciones y estudios sobre percepción demuestran que el miedo no siempre está basado en evidencia. En muchos casos, responde a experiencias emocionales y subjetivas.
El miedo como barrera de acceso a la salud oral
Un estudio observacional reciente, publicado en Journal of Clinical and Experimental Dentistry (2022), evaluó la ansiedad dental y los cambios cardiovasculares frente a tratamientos de conducto e implantes. Aunque la endodoncia tuvo mayor duración (50 ± 9 min) que el implante (33.8 ± 8 min), los pacientes sin experiencias negativas previas reportaron más miedo hacia el tratamiento de conducto. Esto demuestra que no es el procedimiento en sí, sino la percepción y la falta de información lo que genera temor. Las mujeres reportaron mayores niveles de miedo. Además, los hombres sometidos a endodoncia presentaron más ansiedad que los del grupo de implantes (p < 0.05).
Factores que influyen en el miedo al tratamiento de conducto
El miedo puede originarse en experiencias pasadas negativas, relatos de otras personas o una comunicación deficiente del procedimiento. El mismo estudio reveló que los pacientes con antecedentes negativos sentían más ansiedad ante un implante. En cambio, quienes no tenían malas experiencias temían más la endodoncia. Esto plantea un reto importante: abordar el miedo desde la individualidad y el contexto de cada paciente.
La ciencia como herramienta para reducir el miedo
Otro estudio, publicado en el Journal of Endodontics por Goel et al., analizó el efecto de las estatinas en la curación de periodontitis apical tras tratamientos de conducto no quirúrgicos. Se revisaron cientos de casos con seguimiento radiográfico de al menos un año. Más del 80% mostró signos de curación significativa o completa. Esto confirma que la endodoncia, cuando se realiza con técnica adecuada, es efectiva y predecible. Por tanto, el miedo puede disminuir al mostrar al paciente que su tratamiento está respaldado por evidencia clínica real.
Humanizar la experiencia desde la consulta
Abordar el miedo implica adoptar un enfoque empático. Esto se logra a través de acciones concretas como:
- Escuchar activamente las preocupaciones del paciente.
- Explicar el procedimiento en lenguaje claro y sin tecnicismos.
- Compartir historias de éxito o testimonios con autorización.
- Crear una atmósfera relajada, cuidando el lenguaje corporal y el entorno.
Conclusión: Sanar también es acompañar
El miedo al tratamiento de conducto es real, pero también puede transformarse. Desde el respaldo de la ciencia clínica hasta el poder de una comunicación empática, los odontólogos tenemos el poder de sanar más que dientes: también emociones. Escuchar, explicar y acompañar es parte integral del tratamiento. Como lo demuestran los estudios, cuando el paciente comprende y confía, el miedo pierde poder.
🧾 Fuentes:
- J Clin Exp Dent. 2022;14(10):e809–e814. doi:10.4317/jced.59281
- Goel E, et al. Journal of Endodontics. “The effect of systemic statin intake on healing of apical periodontitis after nonsurgical root canal treatment.”




